Emptiness

-- 3:58am de un viernes de madrugada, una ventana de MSN interrumpe el último episodio de LOST --

Ella: Recién vengo de un asado, me llamas al fijo?
Yo: OK

--- Teléfono ---

Ella: ¿Qué haces esta noche?
Yo: salgo de la facu y me quedo con mi tía que se va mañana.
Ella: no mañana a la noche, ESTA noche, ahora...
Yo: ¿¿ahora??, mmm, dormir...
Ella: yo no tengo ganas de dormir, tengo ganas de charlar, pero si no vas a venir porque tenes que dormir me voy a lavar la ropa.
Yo: salgo para allá.

--- E central mediante ---

Llego a su departamento. Le hago sonar el celular temiendo que se haya quedado dormida, pues no me respondía el portero. Me pasó la llave por la ventana y entré. Nuestros labios repentinamente se encontraron indefinidamente. Mis manos recorrían su cuerpo lentamente, explorando nuevamente aquella inhóspita tierra que tantas veces anteriores me negó acceso. Nos fundimos en un abrazo y suavemente acaricié su pelo.
Mi mente divagaba con las posibles consecuencias de lo que estaba ocurriendo. Días atrás le dije que no quería volver a verla por un tiempo. Hoy estaba rompiendo inescrupulosamente mi propia voluntad. ¿Realmente la estaba rompiendo?. ¿No había acaso cosa que hubiese deseado más que lo que estaba protagonizando?. Su pregunta me volvió a la realidad.

Ella: ¿qué estás haciendo?
Yo: nada
Ella: no, si no estuvieras haciendo nada estarías quieto y nos dormiríamos.
Yo: no necesariamente, no estoy haciendo nada en este momento.
Ella: ¿no era que te querías alejar?, ¿que como yo te veo sólo como amigo y vos no, querías irte por un tiempo?

La fatal pregunta habría de surgir inevitablemente. En menos de un segundo miles de respuestas posibles fueron febrilmente por mis neuronas elaboradas. Sin embargo, la verdad fué lo único que atiné a decir mientras me estremecía con cada una de sus caricias en mi cintura.

Yo: quiero volver...
Ella sonrio tímidamente.

Nuestros cuerpos fueron uno encontrados en el éxtasis al que nuestra líbido nos llevó. Ella acabó primero y gentilmente continuó; yo terminé pocos minutos después. Su abrazo me apretó contra su pecho al tiempo que nuestros jadeos se intercalaban majestuosamente en el mismo espacio-tiempo.

Dormimos, tal vez con ciertas mutuas interrupciones casuales, luego de un brevísimo intercambio de ideas y sentimientos encontrados.

A las 10:15AM me levanté y me fuí. Reflexionando en el camino al trabajo llegué a la inevitable conclusión de que estoy nuevamente en aquel lugar de donde pretendí partir y no regresar.